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Harold Pinter sobre aquella vez que se arrepintió de eso que está en todas sus obras

Ciao ragazzi

Más allá de ganar el premio Nobel de Literatura en 2005, Harold Pinter fue un escritor con un control de las palabras como pocos; me refiero pocos en la historia de la literatura mundial.


No tenía pluma, tenía un bisturí, y lo usaba con una precisión desconcertante.
En cierto aspectos me da hasta envidia porque lo que hace Pinter con las palabras y las frases no tiene precedentes, es una cosa única, potente y muy divertida.


A pesar de que sus historias son del orden de lo “terrible” (humanamente hablando) siempre en algún momento te roba una carcajada.
Siempre.


¿Cómo hacía?


Es tremendo: logra que te rías hasta de lo peor de lo peor que tiene el ser humano.
Y esto no lo consigue cualquiera, hay que tener mucha técnica y saberla usar de la manera más estratégica.

Además, las frases de los personajes de Pinter son “música”, tienen un ritmo muy particular, entonces resulta difícil no “competir” con esa música interna en sus obras. (”Ponerle” música a la música es peligroso).

Si a esto le sumamos que practicamente todos sus personajes no hablan de lo que realmente está sucediendo, listo, estamos fritos.

Debe ser por eso que sus obras son tan difícil de montar.


Ahora bien, (o mal),

en Pinter no hay salida.
En sus obras, la inocencia (las pocas veces que aparece) es aplastada por la corrupción y la avidez; sus personajes parecen moverse en una extraña zona sombría: las mujeres en casi todos los casos son objetos y los hombres manipuladores, asesinos y usurpadores.

Y sin embargo siempre logra robarnos una carcajada.


Peeeeeero……

resulta que este gran escritor un día admitió, en una rarísima entrevistas, haberse arrepentido mucho, pero mucho, de algo que forma parte de su estilo único de escribir; algo importante, algo que vuelve bastante inquietas a las actrices y los actores; algo que perturba la imaginación de los directores de escena y hace componer chorradas a los músicos.


¿Y sabes que es?


¿Sabes qué es, eso de lo que se arrepintió mucho, pero mucho, Harold Pinter?

Lo encuentras en la pág. 37, capítulo 1.3, tercer parráfo de mi libro:
“Teatrofonia Vol.1 – lo sonoro como arte y diseño” Ed. Wolkowicz


Por si te interesa, AQUÍ

Forza Tutti