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115 Kg de kiwi y un divorcio anunciado

Ciao ragazzi,

mi cuñado me escribe:
“Mira: siempre se puede caer más abajo”
y adjunta un articulo que narra la triste, horrible y desgarradora historia de un sueco que recibió como regalo de su cuñado unos 115 kg de kiwi.
Hasta ahí lo triste. 

Lo horrible llega cuando al sujeto en cuestión se le ocurre nada más nada menos que usarlos para hacer pizza (la minúscula es adrede).
No hace mermelada, confitura o kiwi desidratados.
No.
Hace pizza.
Con kiwi.
Aquí entramos en las profundidades de la insensatez humana. Esa zona que la neurociencia aún no sondeó con la urgencia que amerita.

Lo desgarrador llega cuando el sujeto en cuestión triunfa con la pizza de kiwi, tiene una cola tremenda a fuera del local, se hace viral en feisbuk, y por eso su esposa lo deja, indignada frente a tanto desorden.

Aquí comprendo lo que decía mi cuñado en el mensaje:
“Mira: siempre se puede cae más abajo”

El sueco no solo acepta 115 kilos de kiwi como si nada.
No solo no los usas para hacer mermelada (que hubiera sido una especie de extasi culinaria).
No solo se atreve a estropear la máxima síntesis del canon culinario de la Magna Grecia.
No solo se hace rico y famoso son “eso”.

Sino que pierde lo más precioso que tenía: a su esposa.

Mi próximo libro se intitula “Teatrofonia” y está dividido en tres Volumenes.
El primero se publica Jueves 1 de diciembre 2022.

Papa Noel ya está avisado.
Y ahora tu también.
Las fechas del segundo, el tercero y los relativos subtítulos te los diré en el momento oportuno.

Por ahora esto: Jueves 1 de diciembre. «Teatrofonia Vol.1».

Retomo, sigo y termino.
En mi próximo libro, que se intitula “Teatrofonia I – II – III”, dedico una parte considerable a la cuestión de las normas, los estilos y las rupturas.

Claro, porque tanto en la música de teatro como en cualquier otra disciplina de conocimiento, romper una regla implica conocerla (la regla).
Sino rompes otras cosas.
¿Me explico no?
Otras cosas…
(Sí).

Conocer una norma significa estudiarla, practicarla, estudiarla, practicarla, estudiarla… y un día miras el reloj y han pasado 20 años. También 25.

Si la conoces, la reconoces.
Si la reconoces y la domina quizás, repito, quizás podrás romperla (quizás);
porque sino terminas rompiendo otras cosas.
¿Sí?

Te anticipo que “Teatrofonia” no va a ser un libro apto vanguardistas, pionieristas o como -istas quieras llamarlos.
No.

Forza Tutti. 

Si quieres darte de baja: botón abajo.

P.D: No, nada. 

P.D2: Ahhh, sí. Jueves 1 de diciembre, en las dos mejores plataformas de libros digitales de toda la Via Lactea (después te digo).